¿Es Bitcoin una moneda social o ciudadana? Veamos sus características
Los usuarios de Bitcoin (los bitcoiners) sienten que cayeron en el agujero del conejo blanco y entraron al país de las maravillas. Es un fenómeno sumamente curioso. De pronto, somos Neo y escogimos a la pastilla roja. Y ahora salimos de la Matrix. Ahora todo es distinto y nuestra perspectiva de la realidad es radicalmente diferente. El problema es que la Matrix es un concepto muy difícil de explicar para las personas que aún no ha salido de ella. Explicar Bitcoin a los demás es medio enredado. Es como manejar. Es fácil para el que tiene la experiencia, pero para el neófito exige de cierta práctica. Existe suficiente evidencia anecdótica para poder afirmar que una persona requiere muchas horas de estudio para comprender Bitcoin. Las abuelitas, por ejemplo, tienen problemas con el concepto. ¿En realidad es un concepto tan complejo y nuevo?
Cuando vamos a un partido de fútbol, no es raro que debamos comprar unos tickets en la caja para luego cambiarlos por bebidas. En los casinos, pasa lo mismo. No es raro el uso de fichas en esos establecimientos. También existen las tarjetas de regalos. Las famosas Gift Cards. Y todos recordamos las ferias en las escuelas. Desconozco realmente si esta actividad se realiza en todas partes, pero en la escuela de mi infancia sí. Cada estudiante tenía una mesa. En su mesa podía vender artículos usados, tortas, dulces o algún tipo de alimento, casero o no. Claro que también se podían organizar juegos. Los asistentes compraban tickets en un lugar especialmente escogido para esa función y luego comenzaba la diversión. Los fondos recaudados normalmente se utilizan para causas caritativas o en algunos casos para organizar de alguna fiesta de graduación o algún tipo de evento especial.
Sigue leyendo: ¿Por qué las criptomonedas no han tenido éxito como medio de pago?
Muchas compañías también otorgan premios por fidelidad a sus clientes. Por lo general, el premio toma la forma de un cupón. Podemos estar hablando de dinero, un descuento o un servicio. Las millas de las aerolíneas son un ejemplo. Esos instrumentos no poseen un valor intrínseco. Son solo medios de intercambio. Es decir, monedas. Algunas son emitidas por compañías privadas como en el caso de las fichas de un casino, las Gift Cards o las millas. Pero otras son de carácter ciudadano como los tickets en una feria escolar o una feria campesina. No son la moneda de curso legal. No son fiat. No son emitidas por un banco central. Son monedas alternativas, complementarias, privadas, sociales, o ciudadanas. Una práctica sumamente antigua. De hecho, mucho más antigua que los bancos centrales.
En la actualidad, estos instrumentos normalmente se utilizan para fortalecer la economía local. Ínsita el pago localizado y lo facilita. Un ticket, una cerveza en el lugar. Fácil. Un ticket, un kilo de verduras en la feria ese domingo. Comunidades en todo el mundo utilizan estas monedas para optimizar los recursos. Con el sistema fiat, se desperdician muchos esfuerzos. Sin embargo, es posible incrementar valor dentro de las comunidades con estas monedas ciudadanas. Por ejemplo, hay sistemas que premian el tiempo de un ama de casa. Se promueve el gasto local porque la moneda circula en un radio determinado. Entonces, no hay fuga de capitales. Es decir, lo que se produce ahí, queda ahí.
Es raro ver una moneda de este tipo a gran escala porque los gobiernos las restringen. Y en realidad no se trata de una conspiración. Eso tiene un sentido. Y es probable que debamos ir a la historia por las respuestas. Algunos de nosotros hemos vistos documentales sobre la creación de la Reserva Federal de los Estados Unidos en la isla Jekyll por un banda de banqueros rufianes. El Sistema de la Reserva Federal, inspirado por el Banco de Inglaterra, fue creado el 23 de diciembre de 1913 por la Ley de la Reserva Federal. Desde entonces, las economías con bancos centrales se han convertido en la norma.
Sigue leyendo: Bitcoin puede ser la solución al sistema financiero deficiente de África
Sin embargo, pese a su popularidad, los bancos centrales han sido criticados por algunos economistas. Milton Friedman, fundador de la Escuela de Economía de Chicago y Friedrick Hayek, representante de la Escuela austriaca de economía pensaron que los bancos centrales son el origen de todos los males y abogaron por su abolición. Los libertarios adoran a Friedman y a Hayek. Y muchos libertarios han adoptado Bitcoin. Todos estos cabos se van uniendo. La conspiración de la isla Jekyll. Los bancos centrales son la creación maliciosa de los banqueros en busca de lucro. De hecho, no los necesitamos. Es más, son el origen de todos males de nuestra económica. En otras palabras, da la impresión que los bancos centrales fueron creados por pura maldad.
Lo que las teorías de conspiración y los documentales sobre las reuniones de la isla de Jekyll no cuentan es lo que había antes de la implementación de los bancos centrales. Si escuchamos a los críticos por un momento caemos en la tentación de pensar que el mundo era un paraíso. Se utilizaba el oro como moneda y debido a su escasez no había inflación. Todo marchaba de las mil maravillas. Los economistas reaccionarios quieren volver a ese paraíso perdido. La utopía de un pasado lejano.
Ahora bien, me temo que la creación de los bancos centrales surgió de la necesidad, porque lo que había antes era un completo caos. Claro que aquí no estoy defendiendo a nada ni nadie. Obvio que las cosas no son perfectas. Pero sí me parece que la creación de los bancos centrales no fue un capricho absurdo o el producto de la maldad absoluta. El mundo era un caos y se requería algún tipo de control y orden. Y el tiempo ha demostrado que los bancos centrales significaron un avance. No una solución perfecta. Solo un avance. Hay que estudiar el pasado para verlo.
¿Qué existía antes exactamente? Bueno, ningún ente tenía el monopolio del dinero. Por ejemplo. En los Estados Unidos, del 1837 al 1862, un periodo que se conoce como la era “Free Banking” se llegó al extremo. Había miles de monedas. Los bancos, gobiernos regionales, municipalidades, compañías privadas, tiendas, iglesias, comunidades, y particulares emitían sus propias monedas. Claro que el problema aquí era el fraude, la adopción limitada, la fragmentación, la poca interoperabilidad, y el fracaso temprano o eventual de los proyectos. ¿Suena familiar? Bueno, la era del “Free Banking” fue un experimento extremo, pero se podría decir que antes de la creación de los bancos centrales la economía operaba en el caos monetario debido a la sobreabundancia de opciones y la escasa regulación. Los bancos centrales llegaron para poner orden. Y la idea funcionó.
Sigue leyendo: MoneyGram registró un crecimiento del 100% en comparación al uso durante 2019
¿Es Bitcoin una moneda ciudadana? Sí, pienso que sí. El bitcoiner promedio explica a bitcoin como algo sumamente complejo e innovador. Y, sin lugar a dudas, la tecnología blockchain es muy innovadora, pero en el fondo, monetariamente hablando, Bitcoin es una moneda ciudadana más. El proyecto REC de Barcelona, España, por ejemplo, es una moneda ciudadana que utiliza tecnología blockchain y se creó para canalizar los recursos hacia la economía real local. Lo que a veces se llama una moneda social.
Claro que la mayoría de estas monedas ciudadanas o sociales no asocian mucho con el mundo de las criptomonedas y evaden la comparación. ¿Por qué? Bueno, la política es un elemento. Su espíritu es otro. Y sus propósitos. Las monedas ciudadanas tradicionales buscan fortalecer la economía real de un lugar o un grupo, estimulando el gasto localizado. Hay monedas que incluso vencen después de un tiempo. Lo que quiere decir que no se pueden acaparar. Lo que se busca es un medio de intercambio más equitativo. En estas economías, la riqueza viene de la producción real. Estas prácticas son comunes entre los activistas de izquierdas.
Bitcoin es la versión tecno/anarco/capitalista de una moneda ciudadana tradicional. En ese sentido, es la antítesis de una moneda social. Porque Bitcoin favorece la acumulación y la especulación. Produce millonarios, no solo es una forma popular y sofisticada de trueque. En lo personal, no veo ningún problema con eso. De hecho, me parece genial. Me encanta Bitcoin. Sin embargo, con frecuencia se escucha la narrativa de Bitcoin como la moneda de los no bancarizados. Un medio de pago descentralizado del pueblo y para el pueblo. Bien sabemos el eterno debate dentro de la comunidad cripto: ¿Es Bitcoin un oro digital o un medio de pago? La pregunta: Si es un medio de pago al estilo de una moneda social, ¿por qué el código estimula el acaparamiento? Ahí les dejo esto y me retiro lentamente.
Ir a la Fuente
Author: Gustavo Godoy