Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 29/03

Hablemos del precio de Bitcoin. ¿Qué está pasando en este momento? ¿Quiénes están ganando? ¿Los toros o los osos? Reflexión. No predicción.

¿Por qué está subiendo el precio de Bitcoin? Se piensa que el impulso principal detrás de las últimas alzas es la crisis bancaria. Por un lado, algunos sienten que los colapsos bancarios fortalecen la narrativa de Bitcoin como sistema alternativo. Por otro lado, las inyecciones de liquidez realizadas para evitar el pánico ejercen presiones alcistas en los mercados. En otras palabras, Bitcoin, a raíz de esta coyuntura, ha logrado encontrar muchos compradores. Se podría decir que se nos dio el milagro.

Si tomamos como referencia el último mínimo, obviamente, se trata de un alza sumamente importante. Un incremento del casi 100% en tan poco tiempo no es cualquier cosa. Debo confesar que, a finales del año pasado, en lo personal, no encontraba a este escenario como el más probable. No sería una exageración decir que esto ha tomado a más de uno de sorpresa. 

La gran pregunta: ¿Y ahora qué? ¿Tendremos un 2020 o un 2019? Durante el 2019, obtuvimos 6 meses de alzas continúas motivados por el supuesto lanzamiento de la Libra de Facebook (ahora Meta). Este lanzamiento nunca se dio. Pero la expectativa sirvió en su momento como un gran motivador. Durante 6 meses, teníamos algo que decir. Y, precisamente, eso es lo se requiere para despertar el entusiasmo de los mercados. Debemos recordar que este es un mercado, esencialmente, especulativo. Lo que la gente está comprando, en realidad, es una expectativa. Si mucha gente piensa que el precio va a subir, el precio sube. Así de sencillo. Este mercado cumple sus propias expectativas. El motor de los mercados especulativos, en el fondo, es la promoción.

Ahora bien, hacer pronósticos, en medio de tanta incertidumbre y volatilidad, no es tarea fácil. Bueno, hacer pronósticos es relativamente fácil. Lo difícil es acertar en esos pronósticos. En tiempos tan excepcionales, lo probable no siempre es lo que sucede. Y todo pronóstico debe basarse en las probabilidades. 

Invertir no es necesariamente un asunto de tener la razón. De hecho, es un asunto de estrategia. Cierto que compramos ante un pronóstico alcista. Pero eso no implica que debemos colocar todos los huevos en una misma apuesta. También hay que cubrir el riesgo. O sea, al mismo tiempo, debemos estar preparados en caso de obtener un pronóstico no cumplido. ¿Cómo predecir la crisis bancaria? ¿Cómo saber que el mercado en esta oportunidad reaccionaría de esta manera?

Lo que sí debemos hacer en todo momento es gestionar el riesgo. ¿Qué hacer en tiempos tan complejos? Si compramos en un mal momento, podemos perder dinero. Si no compramos y el precio sube, perdemos una oportunidad. Podemos ser sumamente objetivos a la hora de hacer nuestras predicciones. Sin embargo, es un error colocar toda nuestra confianza en nuestras predicciones. Porque, en el fondo, nadie es adivino. Los mercados, con mucha frecuencia, fluctúan de manera caprichosa. O, dicho de otra manera, nuestra estrategia debe asumir que nos equivocamos.

Ahora reflexionemos sobre otro fenómeno. Quiero hablar en esta oportunidad sobre las ganancias no realizadas y las pérdidas no realizadas. O sea, palabras más, palabras menos, sobre la gran volatilidad a corto plazo de Bitcoin. El bitcoiner militante tiende a ser alcista en todo momento. Para el militante, las alzas son permanentes y las bajas son pasajeras. Entonces, el vendedor es una especie de traidor.  Y el comprador es un genio iluminado. Este sesgo alcista (impulsado por la ideología) puede producir alzas, en el momento indicado, en las condiciones adecuadas. Los minoristas, motivados en una narrativa, en condiciones de poca liquidez, pueden aumentar el precio considerablemente. Pero ese impulso no siempre es sostenible. En otras palabras, del mismo modo que el precio puede subir con mucha rapidez, también puede bajar. Las ganancias no realizadas se pueden borrar en un dos por tres. Ese hecho se nos olvida con mucha frecuencia durante los periodos de codicia.

Las falsas expectativas tienen el mismo poder para generar alzas que las expectativas más acertadas. Pero esto tiende a ser cierto para los marcos temporales más cortos. Es decir, un pronóstico anual no necesariamente es valido para la próxima semana o el próximo mes. Lo que implica que podemos ser pesimistas para fin de año, pero optimistas para la próxima semana.

Es perfectamente posible que la demanda para la próxima semana sea mayor a la demanda de hoy. Pero, al mismo tiempo, podemos ser más conservadores en nuestros pronósticos para fin de año. ¿Cuál es la diferencia? Los datos. La liquidez para el segundo semestre del año podría ser menor a la actual. Lo que ocurrió, por ejemplo, en el 2019. Tuvimos un primer semestre muy bueno. Y, luego, tuvimos un segundo semestre muy malo. Las pérdidas del segundo semestre borraron las ganancias del primero, pese al optimismo inicial. Al final, obtuvimos un año bastante mediocre al comparar el primer día del año con el último. Eso no quiere decir que la volatilidad no hizo de las suyas durante los meses intermedios.

Ahora bien, si el consenso tiene razón y el presente impulso alcista se lo debemos a la crisis bancaria y las inyecciones de liquidez de los rescates, no hay que ser un genio para saber qué se trata de un impulso pasajero. Es decir, una vez que se solventa este problema circunstancial, los compradores se podrían cansar. Por ende, podríamos experimentar un borrón de ganancias.

¿Qué necesitamos para lograr un 2020 en vez de un 2019? En mi opinión, necesitamos mejores condiciones macroeconómicas. Específicamente, necesitamos un giro en la política monetaria. Bueno, eso, en realidad, no es del todo exacto. La perspectiva de un eventual giro puede ser suficiente. La anticipación de un giro puede servir de excusa para seguir comprando. De lo contrario, los inversores pueden sentir la necesidad de tomar ganancias antes de tiempo.

Los compradores necesitan una historia para comprar. Y esa historia debe poder sostener el entusiasmo por más de unos meses para poder romper el máximo histórico del ciclo alcista anterior y más. Las personas dispuestas a comprar en $70K deben creer que el precio de Bitcoin puede superar los $100K y más. ¿Acaso, en estos momentos, tenemos las condiciones para ello? Francamente, aún no. Pero no se descarta la volatilidad a corto plazo. El precio en el corto plazo puede fluctuar en las distintas direcciones de manera bastante impredecible. O sea, lo más sensato es actuar con mucha cautela, porque aquí puede pasar cualquier cosa. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión. 

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Author: Gustavo Godoy

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