El anuncio de la salida de otro alto cargo de Binance coincidió con una mayor salida de fondos de la plataforma de criptomonedas. Pero, ¿puede realmente tener tanto impacto la dimisión de un ejecutivo?
El 13 de septiembre saltó la noticia de que otro ejecutivo de alto nivel abandonaba Binance.US.
Esta vez, no era otro que Brian Shroder, el CEO y presidente del exchange, quien, después de dos años en el banquillo, se dirigía a un “merecido descanso”, como el CEO de Binance, Changpeng “CZ” Zhao, se apresuró a anunciar en X (antes Twitter) ese mismo día.
There has been some speculation regarding recent management changes at @BinanceUS. Brian Shroder is taking a deserved break after accomplishing what he set out to do when he joined two years ago. Under his leadership, https://t.co/hSHrrlF7o7 raised capital, improved its product…
— CZ Binance (@cz_binance) September 15, 2023
Ha habido algunas especulaciones sobre los recientes cambios de gestión en @BinanceUS. Brian Shroder se está tomando un merecido descanso después de lograr lo que se propuso cuando se unió hace dos años. Bajo su liderazgo, https://t.co/hSHrrlF7o7 recaudó capital, mejoró su producto…
La noticia coincidió con el anuncio de que ese día también habían perdido su empleo unas 100 personas, aproximadamente un tercio de la plantilla.
A continuación se produjo una salida masiva de fondos, cuyo máximo fue de algo más de USD 66 millones en una sola transacción. Zhao quiso destacar que la partida de Shroder había sido amistosa y que había conseguido todo lo que se había propuesto.
“Ignora el FUD”, fue el llamamiento desde los parapetos, la petición habitual de calma cuando se produce cualquier tipo de perturbación.
Sin embargo, en un sector tenso y golpeado por las historias de fraude y malas prácticas, una vez más no se hizo caso de este llamamiento. En los días transcurridos desde que se conoció la noticia se han producido importantes salidas de dinero de Binance hacia plataformas como Jump, AU21 Capital, QCP Capital y Wintermute.
Una vez más, se plantean cuestiones que han perseguido durante mucho tiempo a la criptoesfera, principalmente las de la influencia y la confianza. Hay pocos sectores en los que los despidos o un cambio en la cúpula de una empresa puedan tener tanta repercusión.
Estas cosas se aceptan generalmente como el flujo y reflujo natural del mundo empresarial, y aunque puede haber un bache momentáneo, la mayoría de las veces las cosas vuelven a su cauce poco después.
Incluso en este caso, a partir del gráfico, es evidente que todavía había entradas considerables a Binance durante el período. Es posible que los dos incidentes no tengan nada que ver. Con tantos factores implicados, nadie puede asegurarlo.
Jim Graham, analista de criptomonedas en el grupo de expertos PsyBold, dijo a Cointelegraph: “Aunque no podemos atribuir el cambio en los fondos totalmente al anuncio de la semana pasada, desde luego tampoco podemos rechazarlo. En los últimos meses se han producido varios cambios clave en la dirección, y prácticamente todos ellos han ido acompañados de una caída de las participaciones en la plataforma. La confianza sigue siendo un obstáculo enorme para las plataformas de criptomonedas, y es un obstáculo que no están logrando superar”.
El dinero es un bien valioso, e incluso la insinuación de que puede estar en peligro es motivo suficiente para reaccionar con rapidez y decisión.
Como dice el refrán, la confianza se gana, no se regala, y los recientes acontecimientos negativos relacionados con las plataformas de criptomonedas han hecho poco por elevar ese nivel de confianza. Graham añadió:
“Las plataformas cripto deben estar a la par de los bancos en cuanto a confianza. Los inversores deben saber que confiarles su dinero es una idea buena y segura, no arriesgada. Desafortunadamente, no están ni cerca de eso, y hasta que alcancemos ese nivel, estos picos son inevitables”.
Entonces, ¿cómo llegan las plataformas a ese nivel de confianza? La mayoría de la gente diría simplemente que dejen de hacer cosas malas. Una vez que las plataformas de criptomonedas actúen más como bancos, la gente podrá confiar más en ellas.
Pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Por un lado, la mayoría de los bancos existen desde hace años, algunos incluso cientos de años. La confianza tiene un elemento de longevidad que gusta a la gente. La sensación general es que si algo o alguien ha actuado de forma responsable y transparente durante mucho tiempo, hay más posibilidades de que siga haciéndolo.
Las plataformas de criptomonedas no tienen ese lujo, por supuesto. La mayoría solo puede echar la vista atrás a unos pocos años de existencia; la única garantía que pueden dar es su palabra.
Además, está el viejo debate de la regulación. Los bancos autorizados están regulados. Eso significa que una autoridad supervisa lo que hacen y está ahí para intervenir si las cosas van mal.
Lo último que una autoridad o un banco quieren es que se produzca una quiebra, ya que esto representa una ruptura total de la confianza de todos los implicados, con las consecuencias que ello conlleva. Una vez que esto ha sucedido, es difícil recuperar esa confianza, como se vio durante la crisis económica de 2008.
En el mundo no regulado de los exchanges de criptomonedas, existe actualmente un punto muerto. Algunos inversores están en medio, clamando por la regulación, temiendo por sus inversiones. Por el contrario, otros se oponen con vehemencia, afirmando que la regulación es precisamente para lo que se creó la criptomoneda.
Y a ambos lados están los exchanges y las autoridades, cada uno acusando al otro de esto y aquello en lo que parece una espiral sin fin, sin que ninguno esté dispuesto a dar marcha atrás. Sandra McAllister, abogada especializada en litigios tecnológicos de Clifford Chance, dijo a Cointelegraph:
“La necesidad de aclarar las legalidades en torno al comercio de criptomonedas, particularmente en Estados Unidos, es de vital importancia para el futuro de la industria, pero los prolongados procesos y tácticas que se están empleando son perjudiciales, para ambas partes, y eso, a su vez, está alejando a los inversores”.
“El poder de las redes sociales también ejerce presión sobre el mercado. El rebote en el precio de Ripple que vimos en julio tras el fallo judicial sobre XRP lo subraya perfectamente. La decisión no era en absoluto concluyente y, en realidad, no era más que un paso en el camino, pero se infló en las redes sociales como una gran victoria que hizo subir los precios. Solo tenemos que ver dónde está el precio de Ripple hoy para ver hasta qué punto fue una victoria”, dijo.
Mover activos entre diferentes exchanges o diferentes activos no es nada nuevo ni inusual, por supuesto. En tiempos de recesión económica, los fondos tienden a dirigirse hacia los refugios “más seguros”, como los bonos y el oro, antes de volver a áreas más rentables cuando las cosas mejoran.
Graham comentó: “Aunque diversificar las participaciones y estar preparado para reaccionar con el fin de asegurarse de no verse indebidamente afectado por presiones negativas es un buen consejo financiero, el problema al que se enfrentan los holders de criptomonedas en estos momentos es qué plataforma es más segura que otra. La desaparición de FTX nos demostró que ‘demasiado grande para quebrar’ no se aplica, así que ¿qué queda?”.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión
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Author: Alek Hidell